Y hoy tengo el feliz presentimiento de que todo va a ir bien. Porque después de la tormenta siempre llega la calma, y a mi ya me ha llegado.
Es la increible sensación de levantarte cada día con una enorme sonrisa en tu cara, desentonando con el resto del universo. Despertar con ganas de cambiar tu mundo para mejor.
Y es increible que toda esta fuerza sea capaz de dártelas una sola persona, por el simple hecho de mirarte y sonreír. Por eso mismo le amo tantísimo.
(L)
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